jueves, 31 de diciembre de 2009

El hospital de Dios

El hospital de Dios

Fui al Hospital del Señor, a hacerme una revisión de rutina, y pude constatar que estaba enfermo:

Cuando Jesús me tomó la presión vió que estaba baja de ternura.

Al medirme la temperatura el termómetro registró 40 grados de egoísmo.

Hizo un electrocardiograma y el diagnóstico fue que necesitaba varios "by-pases" de amor porque mis venas estaban bloqueadas y no abastecían mi corazón vacío.

Pasé hacia ortopedia: no podía caminar al lado de mi hermano, y tampoco podía abrazarlo porque me había fracturado al tropezar con mi vanidad.

También me encontraron miopía, ya que no podía ver mas allá de las apariencias,

Cuando me quejé de sordera Jesús me diagnosticó que era porque me quedaba solo en las palabras vacía de cada día.

Así como el protagonista de la historia fue sólo a una revisión y encontró muchas enfermedades, todos estamos expuestos a lo mismo.

Que bueno sería si hacemos esta resolución diariamente:
Señor, prometo al salir de aquí usar solamente los remedios naturales que recetas en el Evangelio...

Al levantarme tomaré un vaso de AGRADECIMIENTO.

Al llegar al trabajo, una cucharada sopera de BUEN DIA

Cada hora un comprimido de PACIENCIA y una copa de HUMILDAD.

Al llegar a casa, SEÑOR, voy a tener diariamente una inyección de AMOR, y al irme a acostar: dos cápsulas de CONCIENCIA y TRANQUILIDAD.

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